Los niños y adolescentes se
inician en el manejo de las TICs cada vez a edades más tempranas.
Particularmente, mediante el acceso a los teléfonos inteligentes de última
generación. Según el Estudio Menores de Edad y Conectividad Móvil en España: Tablets y Smartphones (2014),
presentado el Día Internacional de Internet Segura, los niños de 2 y 3 años de
edad acceden de forma habitual a los terminales de sus padres, manejando
diversas aplicaciones, principalmente juegos, aplicaciones para pintar y
colorear y cadenas de televisión que ofrecen series infantiles a través de
estos dispositivos. A partir de una muestra de 1.800 encuestas realizadas a
niños/as y adolescentes de 11 a
14 años, se analiza el fenómeno de la conectividad móvil entre los más pequeños
así como sus implicaciones. Pretende situar a los menores en relación a esta
nueva realidad, analizando desde el tipo de aplicaciones que se descargan (o
que eliminan), hasta las implicaciones que esto tiene para su privacidad,
pasando por el uso de contraseñas por parte de los padres y madres, o la
activación de funciones de localización y GPS. Han descubierto el poder de la
comunicación en las redes sociales, la inestimable utilidad del correo
electrónico o la multifuncionalidad del WhatsApp; y se descargan aplicaciones
en sus Smartphones y Tablets con asiduidad y ante el desconocimiento de sus
padres.
También son cuestiones analizadas
en el estudio las situaciones conflictivas, los momentos en los que desconectan
sus terminales (sólo lo hacen por la noche dos de cada diez menores
encuestados) o el ciberbullying.
Un buen número de niños,
adolescentes y jóvenes no están dando el paso para convertirse en usuarios 2.0.
y utilizar de manera las TIC; sino que, más bien, se comportan como meros
consumidores, ajenos o, cuando menos, alejados de las posibilidades de
generación y producción de contenidos. Pero no tenemos que culpabilizar a los
menores: es lo que ven hacer y viven sus padres o adultos en general.
Una situación que no se puede
obviar o mirar de reojo, sino que debemos esforzarnos en gestionar
adecuadamente. Estamos ante una nueva brecha digital que tiene su efecto en la
vida cotidiana (personal, profesional, etc.) y que separa a la población entre
los que están conectados
y los que están hiperconectados.
Padres y madres con hijos pequeños, incluso adolescentes, se manejan con facilidad en el mundo digital,
impulsados por su deseo de acceder a todo de forma impaciente e inmediata,
aunque no se sepa con qué finalidad, más que por la mera necesidad de sentirse
en la onda, hacer lo que hacen los demás. El homo digitalis está intoxicado,
entendiendo como tal el exceso de información. Buscar y recibir un volumen
ingente cada día de noticias, imágenes, actualizaciones, foros, tweets, etc, a
cuya lectura no se puede dedicar tiempo. En el mejor de los casos, se puede
surfear brevemente saltando de un tema a otro. Este es el resultado de un mundo
en donde se prima la exhaustividad ("todo sobre") frente a la
relevancia ("lo más importante").
Fuente:
Cánovas, G. (2004). Menores de Edad y Conectividad Móvil en España: Tablets y Smartphones. Edit. PROTEGELES (Centro de Seguridad en Internet para los Menores en España). Madrid. http://www.diainternetsegura.es/descargas/estudio_movil_smartphones_tablets_v2c.pdf
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