lunes, 19 de octubre de 2015

Ciudadanía digital y redes sociales

El uso de las redes suscita un amplio debate no sólo en el sector educativo, sino en la sociedad civil. Defensores y detractores se empeñan en lanzar argumentos a favor o en contra de un escenario tan complejo y heterogéneo. Pero lo que, en el fondo, está por detrás de su empleo es la necesidad universal y fundamental de los seres humanos para la comunicación. Lo único que ha cambiado ha sido la forma de llevar a cabo la misma y el contexto en que se desarrolla. Desde la prehistoria, cuando nos contábamos historias alrededor de la hoguera en la sabana de África, hasta la actualidad, en que el relato no es presencial y viaja por el ciberespacio.  Hemos pasado de tener pocos, pero intensos contactos, a entretejer fórmulas de interrelación, quizá más débiles, pero con un número interminable de contactos.


Fuente: http://www.connectedthebook.com/index.html

Teléfonos inteligentes, redes sociales y nuevas aplicaciones de mensajería instantánea han modificado en muy poco tiempo las condiciones y estructura de la relación, pero también de la vida personal, de la capacidad de cada individuo para estar consigo mismo, sin necesidad de nada ni de nadie. Y las generaciones más jóvenes han penetrado sin miedo en este singular y divergente mundo. Sin miedo, pero también muchas veces sin precaución. Como quien entra en una habitación, simplemente abriendo la puerta, e instalándose cómodamente, con soltura, como si lo hubiesen hecho toda la vida. Bastan unos instantes para adaptarse, reconocer, conocer… Y actuar, hacer. Y ser. Porque cuando uno hace,  expone y actúa, uno es. De una manera u otra. Consigo mismo y con los demás. Expone y se expone. Dice y habla. De sí y de otros, da su opinión, ilustra, vehicula su parecer. En un entorno, al que nos referimos, sin fronteras, límites ni espacios para parar y pensar.

Niños, adolescentes y jóvenes son, en términos acuñados por Marc Prensky, nativos digitales, generación net, millennials… El término opuesto es más genérico: inmigrante digital. Son etiquetas que pretenden ilustrar el modo de proceder y la manera en que, unos y otros,  nos situamos ante las tecnologías de la información y la comunicación y, en concreto, la manera en que nos apropiamos de ellas, las incorporamos a nuestra forma de estar en la vida. Los más pequeños han nacido en la era digital, pero adquieren los conocimientos a través del aprendizaje, tanto por procesos formales como informales. El entorno familiar, la escuela, el grupo de amigos… pone a su alcance, más o menos ordenadamente, consciente o inconscientemente, estos procesos de aprendizaje. En consecuencia, no basta con nacer en (una determinada generación), sino en hacer con (tecnologías al alcance). Y aquí es donde la institución educativa, como uno de los agentes implicados en la transmisión de conocimientos, juega un papel relevante. Educar es  ilustrar, acompañar, hacer juntos, opinar, mediar, explicar, medir, reflexionar… porque el problema no es el mundo digital en sí, sino cómo aprender a ser verdaderos ciudadanos digitales y no meros consumidores de un mercado en permanente expansión y transformación. La educación en ciudadanía digital es, probablemente, uno de los retos más relevantes y significativos de los sistemas educativos y, por supuesto, de la educación en el contexto familiar y social.

Para saber más:

Christakis. Nicholas.A.; Fowler, James.H. Connected. The surprising power of our social networks. http://www.connectedthebook.com/

Prensky, Marc. (2001). Digital Natives, Digital Immigrants. Disponible en: http://www.marcprensky.com/writing/Prensky%20-%20Digital%20Natives,%20Digital%20Immigrants%20-%20Part1.pdf. Acceso 10/10/2015.


Rodríguez, Delia. (25/04/2010). Conectados. La era de las redes sociales. El País Diario. Disponible en: http://elpais.com/diario/2010/04/25/eps/1272176815_850215.html. Acceso 22/10/2015.

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