El Escarabajo verde es el programa semanal de documentales de medio ambiente de La 2 de TVE que dirige Mario de la Mano , dedicado al medio ambiente, la sostenibilidad y la naturaleza. Este grupo de profesionales del audiovisual llevan mucho tiempo recorriendo juntos el mundo y produciendo reportajes. En el caso que nos ocupa, el programa de El Escarabajo verde lleva en RTVE catorce temporadas en antena, lo que es un auténtico record.
Con motivo de la reciente campaña de Naciones Unidas sobre el nacimiento del habitante 9 mil millones del planeta, empezaron a documentarse y a organizar un reportaje sobre el tema de la población mundial.
El reportaje es una muestra significativa de su trabajo, bien hilvanado, con abundantísimo material, con muchísimo trabajo de montaje, con una historia que contar, y con plena libertad para que cada entrevistado diga la suya.
El producto final es dinámico y divulgativo, tiene la virtud de ser accesible a todo el mundo sin por ello ser superficial. Huye del discurso especializado y académico, provoca un debate sin posicionamiento único frente a un tema que tan fácilmente se presta a los lugares comunes, a las tertulias radiofónicas y a la lectura maniquea. Tiene, digámoslo claramente, un enfoque educomunicativo difícil de encontrar en otras series de documentales.
Se emitió el pasado fin de semana (viernes 11 de mayo) y puede ahora verse en la página web del programa.
En 1999, cuando nació el ciudadano 6 mil millones, la ONU celebró con entusiasmo su llegada, pero desde entonces y a pesar de que lo habitual era que esta noticia ocupara un lugar destacado en los medios de comunicación, hoy la noticia se presenta con tintes catastróficos. De hecho, este organismo internacional, a través de su presidente, Ban-Ki-moon, se limitó a decir cuando nació el 7 mil millones en octubre 2011 que “este nuevo habitante nace en un mundo lleno de desigualdades y contradicciones, con alimentos en abundancia y millones de hambrientos, con lujosos estilos de vida y millones de empobrecidos”.
Mi pregunta es: ¿por qué convertir a las poblaciones en objetos políticos de actuación en función de las ideologías políticas de los gobiernos de turno? Recordemos el impacto que ha tenido la política del hijo único (varón, por más señas) en China, pero también la prohibición de los métodos contraceptivos seguros en sociedades de marcada religiosidad oficial. ¿Serían explicables los desequilibrios mundiales en el índice de masculinidad (ratio de mujeres por cada cien varones) si el patriarcado no fuera la ideología imperante? ¿Cómo justificar los feminicidios, los abortos selectivos, las niñas muertas o abandonadas al nacer?
No comparto el catastrofismo maltusiano con que se habla de población por parte de algunos economistas y expertos “medioambientalistas” que exclusivamente citan declives, decadencias y graves problemas por la baja natalidad y el envejecimiento demográfico. En general me parecen rechazables todas las posturas que convierten a “las poblaciones” en culpables y no en beneficiarias del crecimiento en la esperanza de vida.
Tal como se expone en el documental, mientras el primer mundo es un auténtico depredador de recursos, hay otros que apenas lo presionan, aunque al final también paguen la factura. Factura que, probablemente, será más cara y tendrán que pagar antes que los demás.
Aunque lo más sorprendente es que puede que no vayamos a crecer tanto ni tan rápido y que, quizá, el problema surja porque empecemos a ser demasiado pocos. Si hay un techo a partir del cual decreceremos es una de las muchas cuestiones que explicará este “Ciudadano 9 mil millones”.
Para que las sociedades del primer mundo se desarrollaran contaminaron mucho. Ahora cuando los pueblos en vías de desarrollo quieren crecer de la misma forma que nosotros lo hicimos (sin preocuparnos por el medio ambiente) ¡Protocolo de Kioto! Todos a contaminar menos... hablémosles del medio ambiente cuando tengan la tripa llena y quizá escuchen. Si no, que no nos sorprenda. Tengamos un poco de memoria histórica y empatía, nosotros también fuimos jóvenes e inexpertos. Pero ahora les podemos enseñar siempre y cuando nos interesa que sepan.
ResponderEliminar¿O acaso para que unos tengan mucho otros tienen que tener muy poco? Esperemos que no.